
El pasado viernes tuvimos la oportunidad de despedir a un gran compañero que, tras una larga carrera profesional como profesor de Artes Plásticas, pasaba a una nueva situación de jubilado. Hablamos de Antonio Carrillo Morote, conocido por la mayoría de nuestro alumnado como “Antonio el de dibujo”, o para muchos compañeros como “Antonio el RMI” (labor, la de Responsable de Medios Informáticos, que también ha venido desarrollando durante los últimos años en nuestro centro) o, simplemente, “Carrillo”.
Antonio llegó a Abarán en el curso 1995/96, hace ya casi 30 años, antes de la fusión de los dos centros de educación secundaria existentes en la localidad, ahora IES Villa de Abarán, y, como él mismo decía, se quedó en el centro por lo a gusto que se encontraba en éste y porque no ha habido motivo alguno durante estos años que le motivara a cambiar.
Durante la comida que compartimos con Antonio y su familia fueron muchas las anécdotas que surgieron, fruto de la larga trayectoria de éste en nuestro centro y de su carácter, que tanto ha calado en el alumnado y los compañeros durante todos estos años. Es difícil recoger en unas pocas líneas todo lo que se dijo de Antonio durante ese entrañable encuentro de compañeros y amigos, si bien había algo que estaba en boca de todos los asistentes, y es la gran dedicación de Antonio hacia todo lo que hacía, su esmero y, sobre todo, su gran amabilidad y predisposición para ayudar a todos en cualquier momento. En este sentido, y en cierto tono gracioso, podríamos decir que Antonio es, posiblemente, el docente que más contacto ha tenido con el personal de limpieza de nuestro centro durante todos estos cursos, porque pocos docentes han permanecido tantas horas en el centro durante las tardes, en su afán, como RMI, de que todo estuviese perfecto en las aulas y que las clases se pudieran impartir con los recursos necesarios.
En esta comida de despedida, a la que asistieron físicamente muchos compañeros y excompañeros, también estuvieron representados, a través de mensajes, vídeos o fotografías, otros muchos que, por diversos motivos, no pudieron estarlo presencialmente, así como muchos de sus alumnos que no quisieron dejar pasar la oportunidad de darle una bonita despedida, como Antonio se merecía.
Para terminar, queremos dar las gracias a Antonio por su enorme trabajo y amabilidad durante tantos años, desearle que disfrute mucho de esta nueva etapa y que, por fin, tenga un poco más de tiempo para “sus cosas”. Un abrazo muy fuerte de la comunidad educativa del IES Villa de Abarán.


